"La mujer de rojo"

Acto I

Decides hacerte caso a ti mismo, volver al salón y entregarte a la dulce paz de la nicotina... De todas formas, todo este asunto parece demasiado surreal como para apremiar tanto, además, quién se cree Linda para volver a darte órdenes después de lo que pasó entre vosotros. Pasados unos minutos, te encuentras sentado frente al viejo periódico que ha auspiciado perfectamente de cenicero improvisado, tu garganta pica un poco y tu boca tiene un sabor amargo. Levantas el cigarro frente a tus ojos para escrutar el tiempo de vida que le queda y calcular en cuantas caladas puedes traducir ese tiempo... «Dos, tal vez tres a riezgo de fumar filtro» te convences a ti mismo. Cierras los ojos y comienzas a faenar esos últimos instantes... ¡CRASH! De repente, a tu espalda, el ventanal estalla y el aire frío no alcanza a tocar tu piel antes de que la imagen de la cratura te estremezca la piel... el cigarro cae al suelo...
  1. "¿¡Que eres!?"
  2. "..."